San Cristóbal. Mártir, patrono de los viajeros.

• Cadena y dije 100% relleno de oro.
• 20 pulgadas.

La leyenda de San Cristóbal:

Un rey pagano (de Canaán o Arabia), por las oraciones de su esposa a la Santísima Virgen, tuvo un hijo al que llamó Offerus (Offro, Adokimus o Reprebus) y lo consagró a los dioses Machmet y Apolo. Al adquirir con el tiempo un tamaño y una fuerza extraordinarios, Offerus decidió servir sólo a los más fuertes y valientes. Se unió sucesivamente a un rey poderoso y a Satanás, pero descubrió que ambos carecían de coraje: el primero temía incluso el nombre del diablo y el segundo se asustaba al ver una cruz al borde del camino.

Durante un tiempo, su búsqueda de un nuevo amo fue en vano, pero al final encontró a un ermitaño que le dijo que ofreciera su lealtad a Cristo, lo instruyó en la fe y lo bautizó. Cristóbal, como se le llamaba ahora, no prometió ayunar ni rezar, pero aceptó de buen grado la tarea de llevar a la gente, por amor a Dios, a través de un río embravecido. Un día llevaba a un niño que cada vez pesaba más, de modo que le parecía que llevaba el mundo entero sobre sus hombros. El niño, al preguntarle, se dio a conocer como el Creador y Redentor del mundo. Para probar su afirmación, el niño ordenó a Cristóbal que clavara su bastón en la tierra. A la mañana siguiente, se había convertido en una palmera que daba frutos. El milagro convirtió a muchos. Esto excitó la ira del rey de esa región (posiblemente Dagnus de Samos en Licia). Cristóbal fue encarcelado y, después de muchos tormentos crueles, decapitado.